
Son muchas las necesidades y carencias: alimentos, refugio, ropas, medicinas, etc. Sin embargo, ninguna es tan importante como la necesidad de agua segura y de condiciones básicas de saneamiento. Estos servicios van más allá de satisfacer la sed y permitir la preparación de alimentos;su importancia radica en la protección de la higiene pública.
La falta de condiciones sanitarias después del desastre a menudo acarrea consecuencias sumamente graves para la población y causa aun más sufrimiento que el propio siniestro. Por lo tanto, agua y saneamiento deben figurar entre las prioridades de las autoridades locales. Cuanto más rápidas y efectivas las medidas, menor será el daño.