lunes, 20 de marzo de 2017

Medidas para el uso del agua en situaciones de emergencia

Las situaciones de emergencia, ya sean creadas por inundaciones, huracanes, terremotos u otros fenómenos naturales, siempre exigen atención urgente si se ha de mitigar el sufrimiento de la población afectada en el menor tiempo posible.
Son muchas las necesidades y carencias: alimentos, refugio, ropas, medicinas, etc. Sin embargo, ninguna es tan importante como la necesidad de agua segura y de condiciones básicas de saneamiento. Estos servicios van más allá de satisfacer la sed y permitir la preparación de alimentos;su importancia radica en la protección de la higiene pública.
La falta de condiciones sanitarias después del desastre a menudo acarrea consecuencias sumamente graves para la población y causa aun más sufrimiento que el propio siniestro. Por lo tanto, agua y saneamiento deben figurar entre las prioridades de las autoridades locales. Cuanto más rápidas y efectivas las medidas, menor será el daño. 

¿Cómo determinar que el agua es segura para beber?
La principal preocupación es la ausencia de organismos patógenos. Los siguientes puntos a considerar son la toxicidad y la contaminación por sustancias químicas aunque no son condiciones que se pueden comprobar fácilmente.
Además, no hay ninguna relación directa entre la apariencia física del agua (por ejemplo, turbiedad, sabor y olor) y sus riesgos a la salud.
Un nivel de cloro residual libre de 0,5 a 1,0 mg/l en el punto más lejano del sistema de distribución o el característico olor a cloro son por sí mismos las señales más importantes para proveer agua potable segura. En una situación de emergencia se requiere un nivel de cloro residual libre superior a lo normal, porque el agua suministrada tiene una alta probabilidad de volverse a contaminar antes de su consumo debido a que el agua de las inundaciones y desagües contaminados pueden entrar en el sistema de distribución a través de las fugas y porque el agua generalmente se almacena en recipientes abiertos.
Esta "cloración de seguridad" sólo se debe usar inmediatamente después de la emergencia, ya que muchas personas no beberán el agua si está demasiado clorada. Esto depende de las costumbres culturales y sociales; mientras que para algunas personas el olor y sabor del cloro es una prueba de calidad, para otras puede resultar desagradable y pueden
recurrir a fuentes inseguras y sin desinfección. Aún cuando se reportan cadáveres en la fuente de agua, la cloración hará que el agua sea segura para beber. Sin embargo, las creencias culturales podrían impedir el uso de ciertas fuentes.

¿El agua demasiado clorada es cancerígena?
No, no es cancerígena si se bebe por períodos breves. Las investigaciones no han demostrado ninguna relación entre los niveles de cloro residual y el cáncer.
Hay una creciente preocupación por la relación entre los subproductos de la cloración y el cáncer (véase el folleto de la OMS: Desinfección del agua), pero estos son riesgos de largo plazo. Se debe dar prioridad al control de la calidad microbiológica, principalmente durante los casos de emergencia.
Durante la epidemia de cólera en Perú (1991), se podría haber evitado la alta tasa de mortalidad producida si no se hubiera interrumpido la cloración del agua potable por miedo a los efectos de los subproductos de la cloración sobre la salud.

¿Qué análisis de agua se debe llevar a cabo?
En situaciones de emergencia se deben realizar inmediatamente los análisis de rutina de pH, turbiedad y cloro residual y se deben continuar durante
la rehabilitación. Los equipos simples deben permitir medir el pH, cloro residual y turbiedad.
Cuando no se dispone de ellos, se debe verificar si el agua tiene el olor característico del cloro.
Se puede considerar el análisis para las bacterias termotolerantes cuando:
◗ no se aplica la cloración;
◗ el agua no contiene cloro residual;
◗ se está seleccionando nuevas fuentes;
◗ hay sospechas de contaminación de la fuente; o
◗ se pueden tomar medidas correctivas y mantener las pruebas de rutina.

El análisis químico depende de la posible contaminación y de los requisitos para el tratamiento del agua. Al considerar la contaminación producida por
aguas residuales o la agricultura, los nitratos deben ser motivo de preocupación. El agua con un alto contenido de nitratos (la norma de la OMS es de 50 mg NO3 por litro) es nociva para los bebés alimentados con biberón (causan el síndrome de los bebés azules), pero no para los bebés amamantados o niños mayores y adultos. En lugar de declarar que una fuente con un alto contenido de nitratos no es apta para el consumo, se podría considerar la posibilidad de proporcionar a las madres agua embotellada de mejor calidad para sus bebés.
Muchas sustancias químicas, sin riesgos asociados para la salud, pueden otorgar color o mal sabor (hierro, cloruros) u olor al agua, lo cual puede motivar que las personas usen otras fuentes menos apropiadas de agua. Otras sustancias químicas causan graves problemas de salud relacionados con una exposición de largo plazo, como por ejemplo, la intoxicación por arsénico. Es importante tener siempre presente la calidad química del agua y la presencia de compuestos tóxicos y si se tiene alguna duda, se recomienda consultar con un ingeniero de salud ambiental. Si se teme una contaminación por sustancias tóxicas, se deben llevar a cabo los análisis pertinentes en un laboratorio o por un técnico experimentado con equipo de campo.

¿Son recomendables las tabletas para purificar el agua?
Las organizaciones responsables de la distribución del agua deben usar tabletas para purificar el agua.
Sin embargo, es importante destacar que la eficacia de estas depende de la composición del agua y los problemas asociados con la turbiedad. La recontaminación es un grave problema.
Es probable que las tabletas se empleen inadecuadamente y sean potencialmente peligrosas. Éstas sólo deben estar al alcance de las personas cuando sea  totalmente necesario y con las instrucciones y control cuidadoso de las autoridades competentes.

¿Son recomendables los filtros domésticos? ¿Cuáles?
Los filtros domésticos no son recomendables. Por lo general, la filtración por sí sola es inadecuada y la posible recontaminación es siempre una amenaza. Además,el uso de filtros depende de ciertos factores como costo, calidad y aceptación cultural de estos dispositivos. El uso inadecuado de filtros y los filtros de baja calidad pueden conllevar a un falso sentido de seguridad. En términos generales, es mejor filtrar y tratar el agua antes de su distribución.

¿Cómo hacer que el agua sea segura para beber?
Evitar la contaminación bacteriológica del abastecimiento de agua es una prioridad, incluso cuando se tiene la posibilidad de distribuir agua embotellada a la población afectada. La cloración es recomendable por razones de costo, eficacia y disponibilidad.
Exponer un envase transparente al sol para matar los agentes patógenos mediante la radiación solar no se considera un método eficaz de desinfección.
Otras técnicas más frecuentes de tratamiento incluyen la sedimentación, coagulación y filtración de arena (para el diseño, construcción y operación, remítase a la literatura técnica).
En casos de emergencia, por lo general se utilizan tabletas de cloro. Es importante hacer un solución primaria (véase el folleto de la OMS: Desinfección
del agua) en lugar de echar simplemente las tabletas (aquellas que se usan en las piscinas) o granos en el agua. Las tabletas más grandes toman muchos días para disolverse (así fueron diseñadas).
Después de los desastres ocasionados por el huracán Gilbert en Jamaica, se observaron tabletas acumuladas en el fondo de un camión cisterna y el agua suministrada no tenía cloro residual. Si los niveles de cloro residual en el agua suministrada son insuficientes o no existe cloro residual y
no se encuentra disponible otra agua potable, se debe recomendar al público que tome medidas alternativas para desinfectar cantidades pequeñas de agua para beber. Estas medidas pueden incluir hervir el agua o añadir desinfectantes en tabletas, polvo o solución.
Adicionalmente, el equipo de almacenamiento de agua debe tener una capacidad mínima de 2.000 litros y estar ubicado a una distancia mínima de 100 m del albergue más lejano.
Además, para el almacenamiento domiciliario, se debe proveer bidones/bolsas de 10 litros y recipientes de 20 litros. Cada uno debe tener una abertura pequeña para evitar la contaminación del agua.
Los tanques usados para transportar y almacenar agua potable deben estar libres de contaminación y protegidos contra ella. Además, se debe evitar la reproducción de mosquitos en estos tanques. Los tanques disponibles localmente de las empresas comerciales de agua, fábricas de cerveza y de productos lácteos también pueden servir para transportar el agua después de una limpieza profunda y desinfección. Como parte del plan de operación, se recomienda hacer acuerdos con los propietarios de los tanques. Evite usar camiones o contenedores de gasolina, de sustancias químicas o de aguas residuales. Las cámaras de goma (de 2.000 litros) son muy prácticas para convertir los camiones plataformas en camiones de agua. Al seleccionar los camiones cisterna se deben considerar las condiciones de los caminos. Es probable que los camiones grandes no puedan circular por caminos estrechos o subir montañas.

¿Qué se debe hacer con las aguas residuales?
En todas las circunstancias es importante evitar la formación de agua estancada en los pozos de agua y en los alrededores de los albergues y campamentos. Las
aguas residuales del lavado y cualquier derrame se deben drenar lejos de los ríos o arroyos aguas abajo de cualquier punto de captación de agua y asentamientos.
Si no hay ningún río, se debe cavar una fosa de drenaje o de absorción y usar una trampa de grasa.
Esta es necesaria para remover la grasa que podría obstruir y bloquear los poros del suelo.

Tomado de: El agua en situaciones de emergencia - Organización Panamericana de la Salud - OMS
http://www.bvsde.paho.org/CD-GDWQ/Biblioteca/Manuales_Guias_LibrosDW/Desastres_emergencias/AguaYEmergencias.pdf

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